Diafreo es una palabra que proviene del griego y significa
abrir,
separar, dejando pasar. También es la raíz de la palabra diafragma,
nuestro músculo de la respiración.
La diafreo es una terapia que parte del cuerpo y busca la
armonización integral de la persona. Partimos del trabajo corporal para ir
liberando las tensiones del cuerpo.
Aunque todos y cada uno de nosotros tenemos los mismos
músculos y los mismos huesos, nuestros cuerpos son distintos,
Nuestra historia ha transcurrido en situaciones diferentes.
Y nuestro proceso de adaptación a estas
situaciones. que nos han rodeado
y de
las cuales ha dependido nuestra supervivencia afectiva
ha moldeado nuestros
cuerpos.
Asi hemos perdido espontaneidad, capacidad de respuesta,
acceso a memorias guardadas...y parte de nuestra identidad
Partimos de los principios de fisiologia muscular de Françoise Mézières.
Ella afirmaba que la musculatura dorsal, la que va de la cabeza a los pies, y tiene una prolongación de musculatura interna se comporta como un solo músculo ya que los músculos que la componen son poliarticulares, forman cadenas.
Ella afirmaba que la musculatura dorsal, la que va de la cabeza a los pies, y tiene una prolongación de musculatura interna se comporta como un solo músculo ya que los músculos que la componen son poliarticulares, forman cadenas.
Cuando uno de estos músculos o varios se acortan afectan a toda la cadena.
Esta musculatura dorsal, siempre se solicita en contracción,
y se va
acortando a lo largo de nuestras vidas.
La musculatura siempre tenderá al
acortamiento,
nunca nos expresamos o movemos estirando los músculos,
siempre lo
hacemos en contracción, de manera que estas
cadenas estarán crónicamente acortadas y hipertónicas.
En diafreo comprobamos que los acortamientos no solamente
son por razones físicas como describió Mezzieres sino que se
aceleran por los
procesos de adaptación a nuestro entorno.
Las respuestas que hemos ido dando se han registrado en
nuestros cuerpos.
Lo hemos hecho tensando los músculos y bloqueando el cuerpo.
conseguimos inhibir parte
importante del flujo sensorial,
es decir sentimos menos, o dejamos de sentir.
Esto ayuda a sobrevivir en situaciones traumáticas.
Lo que sucede es que las
situaciones dejan de existir,
pero el bloqueo permanece, con la misma alarma
que en
el momento que se produjo. Por lo que el cuerpo permanece cerrado
y
bloqueado, guardando parte de un pasado no resuelto.
Cuando nos expresamos lo hacemos con nuestros musculos.
Cuando nos defendemos también. Los acortamientos responden
al trayecto de las
cadenas musculares tanto por traumas físicos como
psíquicos-emocionales.
También sucede que en nuestro proceso de maduración pueden
haber quedado zonas bloqueadas, que han determinado nuestra
forma del cuerpo
desde momentos muy tempranos de nuestras vidas.
Estos acortamiento son
estructurales y forman nuestro caracter.
En diafreo estiramos las cadenas musculares cronicamente
contraidas,
sin compensación, utilizando diferentes posturas adaptadas a
diferentes personas.
Abordamos el trabajo muscular desde un trabajo isomètrico,
es decir, que el músculo trabaja desde su máximo estiramiento
consiguiendo que
gane fuerza y elasticidad,
y no dureza como en los trabajos isotónicos
(levantar pesas).
Cuando estiramos, vigilamos la respiración,
intentando
impedir que se produzca un bloqueo.
Vigilamos también las compensaciones, porque, antes de
soltar,
el cuerpo traslada la tensión de un segmento a otro.
Cuando impedimos toda compensación suelen aparecer las
causas.
Antiguos dolores físicos olvidados o memorias, emociones,
experiencias
e imagenes cuya información
estaba retenida en estas contracciones.
Estas informaciones una vez permitidas, expresadas,
liberadas y elaboradas llevarán a una mayor
comprensión de un@ mism@ y al cambio.
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